Después de estar en aquel bar, nos fuimos a dar una pequeña vuelta por la pequeña ciudad en la que vivimos. Más que una ciudad es como un pueblo, pero demasiado grande para ser un pueblo, por tanto se considera ciudad.
Fuimos a todos los sitios a los que solemos ir y como de costumbre nos conocían. Según decía la gente nos haciamos notar, en el buen sentido. Asique acabamos donde siempre, en la casa. Nuestra casa. Teníamos las llaves y todo. No era enrealidad una casa, pero la llamabamos así. Era un pequeño espacio con una sala gigantesca, en la que soliamos estar, y dos habitaciones más, en las que guardabamos la bebida y la otra más privada.
Teníamos las llaves porque pusimos un candado, ya que la casa nos digeron que la iban a derruir, pero les convencimos para que no lo hicieran y nos dejaran con ella. No pusimos una puerta con cerrojo porque no teniamos dinero, pero el candado estaba bien, nadie lo habría.
Dentro de la casa, habíamos puesto unos sofás, una mesa pequeña y unas lámparas. No era nada del otro mundo pero para estar cuando hace frio estaba bien. Habíamos decidido que en un futuro decorariamos mejor la casa, pero hasta entonces estabamos bien como estabamos.
-¿Fumamos un poco?-Preguntó Helena.
-¿Os habéis traido la cachimba?-Preguntó Paula.
-Sí.
-Pues sacala.-Añadí yo.
Asique eso hizo, sacó la cachimba de su bolso y empezó a prepararla ella junto a Lucía.
Yo me levanté y me fuí a la habitación donde dejabamos la bebida. Ábrí la mini nevera, y miré que teníamos, era verano, soliamos guardar siempre algun refresco. Observé una lata de coca-cola, alargé la mano y la cogí.
-¿Te pasa algo Jess?-Me preguntó Paula quien estaba en la puerta de la habitación.
-¿Qué? ¿Por qué lo dices?
-Cuando he llegado al bar.. Y me has dicho lo del chico ese que veías.
Ya se me había olvidado por completo ese tema. Le había visto semanas antes, pero jamás se había quedado mirandome, simplemente pasaba de largo o se quedaba medio segundo, pero esta vez no había sido así. Había estado varios minutos.
Nunca estamos solos
lunes, 14 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
Capítulo 1 - Parte dos
-¡Sentimos llegar tarde!-Dijo Helena sentandose en la mesa y hablando en nombre de ellas dos.
-No pasa nada.-La contesté saludandolas.
-¡No sabeis lo que nos ha pasado por el camino!-Añadió Lucía una vez saludado a todas.
Yo volví a mirar hacia la mesa del chaval. Ya no estaba. ¿Se habría ido? Mejor dicho, había estado sentado ahí alguna vez. Yo al menos creía que si, le había estado viendo desde que me senté, pero en cambio Paula no le había visto.
-¿Jess? ¿Estás bien?-Me preguntó Helena tocandome el hombro.
-Sí, sí. Lucía, cuentanos lo que os ha pasado.-Contesté cambiando de tema.
-Pues ibamos por la paseo municipal, cuando nos hemos encontrado con Sergio y Pablo. ¿Y a qué no sabeis qué?
Paula y yo nos quedamos esperando una respuesta, ya que eramos las que no sabíamos lo que iba a contar a continuación.
-¡Van a hacer una fiesta de verano este viernes en la piscina de Pablo!-Terminó contando Helena.
Estabamos a martes, por tanto no quedaban muchos días para la fiesta.
-Y estamos invitadas, ¡por supuesto!-Aclaró Lucía.
Entonces apartir de ahí todo fueron planes, planes de compras, planes de ligoteo. Planes que hacen cuatro adolescentes cuando van a una fiesta en una piscina, organizada por uno de los chicos más guapos del instituto, Pablo. Estuvimos planeando que nos ibamos a poner para ir hasta la fiesta, en la fiesta y qué bikini. Sí mucha ropa, pero mejor que sobre a que falte, además el conjunto para ir hasta la fiesta simplemente es para ojos de nuestros padres, en la fiesta estaremos con los bikinis y pareos, mientras que luego bailando tendremos otra ropa.
Todo estaba organizado, solo nos quedaba saber a que casa nos quedariamos a dormir esa noche.
-No pasa nada.-La contesté saludandolas.
-¡No sabeis lo que nos ha pasado por el camino!-Añadió Lucía una vez saludado a todas.
Yo volví a mirar hacia la mesa del chaval. Ya no estaba. ¿Se habría ido? Mejor dicho, había estado sentado ahí alguna vez. Yo al menos creía que si, le había estado viendo desde que me senté, pero en cambio Paula no le había visto.
-¿Jess? ¿Estás bien?-Me preguntó Helena tocandome el hombro.
-Sí, sí. Lucía, cuentanos lo que os ha pasado.-Contesté cambiando de tema.
-Pues ibamos por la paseo municipal, cuando nos hemos encontrado con Sergio y Pablo. ¿Y a qué no sabeis qué?
Paula y yo nos quedamos esperando una respuesta, ya que eramos las que no sabíamos lo que iba a contar a continuación.
-¡Van a hacer una fiesta de verano este viernes en la piscina de Pablo!-Terminó contando Helena.
Estabamos a martes, por tanto no quedaban muchos días para la fiesta.
-Y estamos invitadas, ¡por supuesto!-Aclaró Lucía.
Entonces apartir de ahí todo fueron planes, planes de compras, planes de ligoteo. Planes que hacen cuatro adolescentes cuando van a una fiesta en una piscina, organizada por uno de los chicos más guapos del instituto, Pablo. Estuvimos planeando que nos ibamos a poner para ir hasta la fiesta, en la fiesta y qué bikini. Sí mucha ropa, pero mejor que sobre a que falte, además el conjunto para ir hasta la fiesta simplemente es para ojos de nuestros padres, en la fiesta estaremos con los bikinis y pareos, mientras que luego bailando tendremos otra ropa.
Todo estaba organizado, solo nos quedaba saber a que casa nos quedariamos a dormir esa noche.
domingo, 6 de marzo de 2011
Capítulo 1 - Parte uno
Abrí los ojos lentamente mientras los frotaba con las manos y más tarde me estiraba completamente aún tumbada en la cama. Me levanté de la cama, andé hacia el armario y elegí la ropa que me pondría esa mañana. Me dirigi a la ducha, me duché y me vestí con la ropa que había elegido. Y fuí a la cocina a desayunar.
En la cocina cogí mis cereales favoritos y un bol. Me senté en la mesa y comencé a prepararme el desayuno. Echando los cereales en el bol.
-Buenos días.-Me dijo Miguel entrando en la cocina y dirigiendose a la nevera.
Miguel era mi hermano mayor, bastante mayor. Nos pareciamos mucho físicamente, pero psiquicamente no. En realidad psiquicamente eramos muy diferentes.
-Buenas.¿Me acercas la leche?-Le saludé.
Miguel se sentó en la mesa dándome el cartón de leche y preparándose su desayuno.
-¿Qué vas a hacer hoy?- Me preguntó comenzando a desayunar.
-Tengo pensado salir con las chicas a dar una vuelta. Hoy hace un buen día de verano. ¿Y tú?
-También daré una vuelta, es verdad que hace un buen día.
Terminé de desayunar, cogí el bolso con todo dentro y salí de casa. Cuando llegué al bar donde había quedado con las chicas aun no había nadie. Asique me senté en una de las mesas de la terraza y saqué mi ipod poniéndome a escuchar música mientras leía una revista. Poco después llegó Paula. Quién se sentó a mi lado.
-Hola Jess.
-Hola Pau.-La contesté quitándome los cascos.
-¿Aún no han llegado las demás?
-Que va, estoy sola.
-Bueno ya no, estoy yo aquí para hacerte compañia.
-Si eso es verdad. -Contesté echando un ojo a la revista.
-¿Qué miras?
-En esta revista tienen unos conjuntos preciosos.-Dije señalándo la revista.
Paula se acercó y observó la revista.
-¿Tienes pensado que te pondrás para esta noche?
-No, aún no lo tengo decidido, pero simplemente vamos a una discoteca.
-¿Simplemente? Jess no es que simplemente vayamos a una discoteca, es el porqué vamos a la discoteca. El cumpleaños de Lucía, cumple los dieciocho, sus dieciocho. Alcohol, música, amigas y chicos, muchos chicos. Es la oportunidad de ir y dejarles con la boca abierta.
-De acuerdo, me pondré algo más ''guay''
-No. Más guay no. Tienes que estar radiante y ligarte a todos los chicos, bueno a todos los que no me haya ligado yo. Pero te dejaré a alguno, tienes que olvidarte de él ya.
Tenía razón, tenía que conseguir olvidarme de él como sea. Llevaba desde que empezó el verano lamentandome por su culpa, y lo nuestro ya había terminado.
En la cocina cogí mis cereales favoritos y un bol. Me senté en la mesa y comencé a prepararme el desayuno. Echando los cereales en el bol.
-Buenos días.-Me dijo Miguel entrando en la cocina y dirigiendose a la nevera.
Miguel era mi hermano mayor, bastante mayor. Nos pareciamos mucho físicamente, pero psiquicamente no. En realidad psiquicamente eramos muy diferentes.
-Buenas.¿Me acercas la leche?-Le saludé.
Miguel se sentó en la mesa dándome el cartón de leche y preparándose su desayuno.
-¿Qué vas a hacer hoy?- Me preguntó comenzando a desayunar.
-Tengo pensado salir con las chicas a dar una vuelta. Hoy hace un buen día de verano. ¿Y tú?
-También daré una vuelta, es verdad que hace un buen día.
Terminé de desayunar, cogí el bolso con todo dentro y salí de casa. Cuando llegué al bar donde había quedado con las chicas aun no había nadie. Asique me senté en una de las mesas de la terraza y saqué mi ipod poniéndome a escuchar música mientras leía una revista. Poco después llegó Paula. Quién se sentó a mi lado.
-Hola Jess.
-Hola Pau.-La contesté quitándome los cascos.
-¿Aún no han llegado las demás?
-Que va, estoy sola.
-Bueno ya no, estoy yo aquí para hacerte compañia.
-Si eso es verdad. -Contesté echando un ojo a la revista.
-¿Qué miras?
-En esta revista tienen unos conjuntos preciosos.-Dije señalándo la revista.
Paula se acercó y observó la revista.
-¿Tienes pensado que te pondrás para esta noche?
-No, aún no lo tengo decidido, pero simplemente vamos a una discoteca.
-¿Simplemente? Jess no es que simplemente vayamos a una discoteca, es el porqué vamos a la discoteca. El cumpleaños de Lucía, cumple los dieciocho, sus dieciocho. Alcohol, música, amigas y chicos, muchos chicos. Es la oportunidad de ir y dejarles con la boca abierta.
-De acuerdo, me pondré algo más ''guay''
-No. Más guay no. Tienes que estar radiante y ligarte a todos los chicos, bueno a todos los que no me haya ligado yo. Pero te dejaré a alguno, tienes que olvidarte de él ya.
Tenía razón, tenía que conseguir olvidarme de él como sea. Llevaba desde que empezó el verano lamentandome por su culpa, y lo nuestro ya había terminado.
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